martes, 20 de octubre de 2009

Procesión de Nuestra Señora del Rosario (Segunda y última Parte)

Se hizo la noche y llegamos a las proximidades de la Catedral. Otros años se dejó el libre acceso al interior del Templo Catedralicio. Este año han permitido el paso de todo el que dijese que era hermano pero con trabas.
Se pasó al interior de la Capilla Real y allí se rezó ante la Patrona de la Archidiócesis y ante el Patrón de la Ciudad. El rezo de la Salve ante una repletísima Capilla Real puso el punto y final al cortejo de acompañamiento protocolario y dio paso a la continuidad de la Procesión.


En la Plaza Virgen de los Reyes el público hizo el acostumbrado pasillo para encaminar al cortejo hacia las calles Placentines, Alemanes y García de Vinuesa para por Arfe y Adriano llegar al Baratillo donde la Banda Municipal de la Puebla del Río interpretó “Caridad del Guadalquivir” de Paco Lola.
Por la antiguamente compleja calle Gracia Fernández Palacios (¿os acordáis los adoquines que había?) llegamos a Antonia Díaz y luego a Real de la Carretería donde, por fin, y después de varios años llegó la Patrona del Arenal. A los sones de “Nuestra Señora del Mayor Dolor” de Farfán la Virgen llegó a entrar literalmente en esta bella y vecina Capilla.
Por la calle Rodo el paso iba con un andar pausado y contenido gracias al fabuloso trabajo de los hombres de abajo. Era el camino que llevaba a la desembocadura de Dos de Mayo donde con, ya menos público la Virgen transitaba a los sones de “María Guadalupe” de Juan Velázquez y “Estrella Sublime” de Farfán. El colofón, después del último de los rezos dentro del atrio, lo puso cuando se interpretó de una manera bastante mejorable “Rosario Patrona del Arenal” de Vicente Muñoz y el paso casi se posaba en el mármol de la Capilla cuando la Marcha Real daba por concluida una jornada para la Historia.



Este artículo y los venideros sobre la Procesión de Nuestra Señora del Rosario queremos, desde esta página web, dedicárselos a todos los hermanos y devotos que no pudieron ver la Procesión y a los que están enfermos, y en especial para nuestro Hermano Mayor Don Vicente Camacho García, deseándole una pronta recuperación.